Volviendo a Casa
>> viernes, 2 de diciembre de 2011
No era un soldado volviendo de la guerra, ni un hijo prodigo que prefírio la opulencia, simplemente era un pequeño hombre que volvía a su lugar. No había una multitud esperando, para recibirlo con regalos, comida o alguna fiesta en su honor.
Era un día como cualquier otro. Regresaba con pasos profundos disfrutando cada centimetro del pavimento, mientras observa tal paisaje abstracto de cemento, piedras y bifurcaciones que se forman con el tiempo. Una imagen muy parecida a nuestra mente en ciertos momentos de nuestra vida.
Estaba muy cerca de su destino y cuando levanto la cabeza lo encontro a "él". "Él" le pregunto:
-¿Cómo te fue hoy?
-Hoy es distinto- Lo dijo con un tono apagado como si se tratase de un sentimiento inseguro.
-¿Hay algo nuevo?
-Siempre lo hay...-Ahora una mirada perdida nuevamente en la acera
-Es algo malo, ¿Verdad?
-Sí
-Recuerda mis palabras:"No vas a conseguir lo que quieres, a veces debes desechar lo que no sirve y seguir, nadie se va a detener a mirarte o apoyar su mano en tu hombro, estarás sólo y serás egoista, pues no habrá otro camino"
Levanto la mirada del suelo. No pudo predecir su siguiente gesto con tal cara neutral que mostraba.
-Tienes razón. Cuando salí de mi casa aquella vez no lo tomé en cuenta y durante el tiempo que estuve fuera aprendi mucho de mi experiencia. Cuando mostre un semblante seguro muchos me siguieron. A mi primer tropiezo, muchos rieron de mí y se fueron. Sólo quedaba yo... estaba sólo y débil.
Su mirada era extraña. No era no sólo un recuerdo triste. Prosiguió:
- Me gané el odio de muchos. Me creían un melancólico y deprimente. Nadie quiere a alguien así...
-El mundo no va a ser como...- Interrumpió
-El mundo no va a ser como quiera si soy como los demás. Sufrí mucho, sí. Pero aprendí a cargar con mi cruz -Brillantes lagrimas comenzaron a nacer de sus ojos- El sufrimiento también es mi deber. Una persona que no aprende a perdonar deja de ser moral y sensible. ¿Por qué ser egoísta y frío? ¿Acaso eso no es lo que menos quiero en esta vida? -Una curva nerviosa dibujo una hermosa sonrisa en su cara- Me quedé tirado en mi propio abismo. Ellos me hicieron daño porque yo se los permití...fue mi culpa.Me demoré y me levanté; nunca los odié. Quizás alguien seguira mis pasos y tampoco odiará. Si yo cambio todos cambian ¿no?...¿no?...
Era una persona pura, como un niño recién nacido que no conoce las ofensas de palabras, sólo el calor de los brazos de su madre. "Él" estaba llorando también porque tenía razón, si cambias todo cambia. "Él" había dejado atrás sus palabras para seguirlo. Entre sollozos inocentes le dijo con una voz apunto de quebrar:
-Bienvenido a Casa
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